La internacional (ultra)derechista

Quién le iba a decir a este lúcido escribidor, hace bastantes meses, cuando puse negro sobre blanco aquella indignante mistificación libertaria que no parece tener fin a día de hoy, que alguien tan grotesco como Javier Milei iba a acabar convertido en presidente de la República Argentina. No solo eso, sino que ha sido la máxima estrella, en la capital de este inefable Reino de España, en esa misma donde prolifera la libertad a poco que uno se descuide, en esa reciente convocatoria por parte de Vox a lo más granado de la reacción internacional. ¡Y eso que, hace bien poquito, uno se preguntaba, con un tono no exento de sarcasmo, si de verdad existía eso que llaman ultraderecha! No creo que haga falta presentar a los peligrosos botarates que integran eso llamado Vox, una mera escisión del Partido Popular dentro de un indescriptible país donde derecha y extrema derecha se confunden. Valga solo recordar que este repulsivo evento, que acaba de tener lugar ante la mirada estupefacta de cualquiera con un mínimo de decencia, ha recibido la peculiar denominación de Europa Viva. Parece claro que con eso la ultradiestra hispana deja claro que desean sacar tajada, en la inminente convocatoria electoral, para ocupar poltrona en las instituciones del viejo y mezquino viejo continente.

Marine Le Pen es otra lideresa ultraderechista, en versión francófona, que ha estado de cuerpo presente en dicho evento. Ante ello, uno no puede evitar recordar cierta anécdota en la que el muy peculiar Jorge Verstrynge, en cierto acto dante la mirada atónita de Pablo Iglesias Turrón, soltó que entre el Frente Nacional lepenista y Podemos, excepto algún que otro detalle, no había tantas diferencias. ¡Cosas oyeres, amigo Sancho! Recordaremos que el FN, que ahora se llama Agrupación Nacional es un partido fuertemente proteccionista, que es lo mismo que decir partidario de un Estado todo lo fuerte posible, y quizá por ahí iban los tiros del antiguo fascista, luego derechista y ahora marxista Verstrynge. Lo que no entiendo es cómo casa la fuerza de Le Pen con el feroz antiestatismo que defiende, al menos en la teoría, el bodoque vociferador de Milei. Será que Dios los cría y las repulsivas ideas reaccionarias los juntan. Y es que otra de las asistentes al evento ultrarreaccionario en Madrid ha sido la actual presidenta del Consejo de Ministras en Italia, Giorgia Meloni, autoreconocida admiradora de Mussolini, que creo que un liberal crítico con el Estado tampoco era. Aclararemos que, tanto Le Pen, como Meloni, que vienen del fascismo puro y duro (término político que, esta vez, no cae en exageraciones), una vez que han acariciado poder aseguran ser, incluso, partidarias de una derecha moderada (y no sé si cobarde, como diría el inicuo e hipócrita Abascal, que chupó tantos años de la administración pública hasta que decidió escindirse de la derecha oficial).

Vayamos con otro moderado ultra que gobierna en un país europeo, hablamos de Hungría y de su primer ministro, que no acudió físicamente a la festiva convocatoria, sino solo en espíritu. En este caso, no me queda claro cómo describir a la fuerza política que lidera Orban, ya que la misma parece haber jugado varias bazas, oscilando entre algo diestramente moderado y un ultraconservadurismo agudo. Es significativo que la llamada Fidesz-Unión Cívica Húngara pertenece al Partido Popular Europeo, que viene a ser una especie de internacional democristiana del viejo continente a la que también pertenece el PP hispano. Aquí llegamos de nuevo a la fusión entre derecha y ultraderecha, quizá por eso algunos dicen que esta no existe. Todos estos fenómenos, y muchos otros participantes en Europa Viva, no olvidemos tampoco a representantes del trumpismo (ultrarreaccionario y aparentemente proteccionista), a pesar de la palabrería, tienen en común un feroz ultranacionalismo y una defensa abierta de las elites económicas con el subterfugio del (neo)liberalismo. Ojo, sin que niegue yo, como ya he dicho, los elementos abiertamente fascistas o nazis en sus filas. Hay quien asegura que todo esto solo se para votando opciones más inofensivas, pero yo solo observo participación masiva en las elecciones y continuo ascenso de la derecha ultraderechista. Quizá no sea tan sencillo como introducir un papelito en una urna y haya que esforzarse un poquito más.

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